martes, 17 de febrero de 2015

seminario #PensamientoCritico

Recogemos algunas aportaciones de l@s participantes en el Seminario de Pensamiento Crítico.

Primera Reflexión:
Liberalismo: Para comprender el término liberalismo he tenido que hacerlo cómo polo opuesto al socialismo, donde liberalismo alude al individualismo, propiedad privada, competencia, libertad de mercado, ideología de la burguesía y socialismo al organicismo, propiedad colectiva, cooperación, planificación, trabajo colectivo, ideología del proletariado. Desde los opuestos radicales me surgiere ver el liberalismo como una ideología de valores patriarcales y al socialismo como una de valores matriarcales. ¿Podría el equilibrio entre ambos ser la solución en la organización política y económica del ser humano?, podríamos funcionar con un liberalismo solidario, es decir ejercer un compromiso para alcanzar la más amplia libertad personal donde el límite fuera la libertad de los otros, en un entorno de autorregulación y confianza.

Segunda Reflexión:
Burocracia, Propiedad, Fronteras: ¿Por qué los humanos hemos recurrido a la burocracia como sistema que nos ayude a racionalizar la realidad exterior en vez de regularnos homeostáticamente tanto a nivel individual como a nivel sistémico? No se contestarme, quizás por el control en el ejercicio del poder. ¿Por qué los seres humanos hemos llegado al concepto de propiedad? Y no voy a distinguir entre privada o colectiva, me basta con hablar de propiedad vs no propiedad. ¿Acaso los animales se apropian de los recursos de la tierra?, si en la medida en la que necesitan satisfacer sus necesidades, pero no de un manera solidificada y permanente como hacemos los humanos. Y pensando en una forma de vida sin propiedad se me hacen innecesarias las fronteras. ¿Podríamos vivir sin fronteras, sin propiedades, sólo con el uso según la necesidad?, ahora con la realidad que vivo se me hace complicado definir necesidad.


Raquel Lazaro (enero 2015)
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Los seres humanos, como seres sociales, tenemos la necesidad de compartir y de organizarnos para poder satisfacer nuestras necesidades básicas y coexistir, sabiendo que los recursos no son ilimitados, ya sean estos materiales, culturales, de esfuerzo, de tiempo... Existen diferentes modos considerar esta distribución, ya sea desde la opción de la propiedad privada (neoliberalismo) , la propiedad pública (burocracia), el populismo o el bien común.

Todas ellas, llevadas a término desde el respeto al otro, nos llevarían a la libertad y el compartir, pero en la práctica nos encontramos con que la opción de la propiedad privada se enfoca al objetivo de acumular bienes materiales o poder, individualismo extremo y agresivo, la burocracia al control y la falta de creatividad, y el populismo a la masificación y falta de cuestionamiento. La idea de bien común aparece entonces como una opción posible y más acorde con nuestra naturaleza, basándose en las relaciones comunitarias como base de sus “instituciones” y extendiendo la propiedad común para la desmercantilización de nuestras vidas.


Belen Napal
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Las desamortizaciones llevadas a cabo desde el Gobierno en el Estado Español durante los Siglos XVIII-XIX, supusieron la pérdida de la posibilidad que las personas tenían hasta entonces de vivir en sus propios territorios. 
Durante ese periodo, el Gobierno, motivado por un creciente endeudamiento por su afán expansionista y de lucro, comenzó a expropiar de un modo forzoso todo tipo de riquezas, bienes y tierras que pertenecían a los municipios y al clero; así como de tierras de uso comunal, que sin dueño, se disfrutaban y trabajaban en comunidad, de un modo autogestionado y que posibilitaban la subsistencia. 
La pérdida de estas tierras comunales fue el detonador de las migraciones forzosas y masivas de estas personas, que acabaron trabajando como mano de obra barata en las ciudades de recién y en creciente proceso de industrialización. 


Ainara Campos Sierra Feb15
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Considero que tanto el Liberalismo como el Populismo tienen fundamentos interesantes y no necesariamente contradictorios. El individualismo, la libertad, la igualdad, el derecho a propiedad privada, la división de poderes y los foros para el debate que promueve el liberalismo son válidos si están al servicio del bien común y bajo la toma de decisiones del pueblo que promueve el populismo. Sin embargo, desde los gobiernos, dejando de ser dirigentes al servicio del pueblo, se manipulan esos fundamentos para la esclavitud  
y el atontamiento de los ciudadanos. Los dirigentes, electos en manos del poder económico que ostentan unos pocos, se encargan de menoscabar el pensamiento crítico y capacidad decisoria de los ciudadanos en vez estimularlos y potenciarlos. La ciudadanía podemos hacernos cargo de nuestra responsabilidad y ejercer nuestros derechos para construir nuestra sociedad. 

Esperanza Elvira

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